Primeros pasos

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La verdad es que no había pensado que el grabado pudiese interesarme.

Debo reconocer que tenía un prejuicio bastante extraño, ya que siempre me decía: ¿y para qué tanto lío cuando existe la imagen digital, que se multiplica las veces que quieras y más?

Ahora, que he empezado a grabar en madera y me he empapado de grabados, tengo una pequeña chispa que me incita a responder esa pregunta, aunque aún no sepa explicarlo bien: Las veo dos disciplinas incomparables.
En el grabado, el contacto con los materiales es impagable, te anima a seguir trabajándolo y te anima el ir viendo que va tomando forma, al igual que ocurre con la pintura, el dibujo o la escultura. Pronto, te vas dando cuenta de que lo que hace que sean tan distintas es que te ofrecen distintas posibilidades. Tampoco es comparable una impresión digital con una estampa: la segunda sigue siendo un original, parte de una serie limitada, mientras que la impresión la veo más como una copia.

1. La Cueva de las Manos  2. Temporär, Wolfgang Folmer  3. Mary Cassatt at the Louvre, E. Degas

Otro punto que me ha sorprendido gratamente es la estética tan distinta que se logra con unas y otras técnicas. En ese punto nuestra profesora nos ha abierto bastante los ojos mostrándonos en la primera clase grabados de gran cantidad de artistas absolutamente distintos unos de otros, pasando desde las primitivas Manos de las cuevas prehistóricas hasta los grabados gigantes en troncos de Wolfgang Folmer, así como trabajos de artistas cuya faceta grabadora no conocía, como Degas.

En esta primera clase también hablamos de algunas palabras básicas en la terminología del Grabado, como es la Matriz, la Estampa o el propio Grabado. También conocimos técnicas muy curiosas tanto en su historia como en sus resultados, como el Gyotaku japonés.